#La Línea Escrito por Ciro Durán. Parte de la serie de talleres (link:"Venezuela Fractal")[(gotoURL:"http://venezuelafractal.wordpress.com")]. Inspirado en la nota de prensa de (link:"El Universal")[(gotoURL:"http://www.eluniversal.com/sucesos/150923/joven-murio-al-encontrarse-en-la-linea-de-fuego-de-enfrentamiento-arma")] y (link:"El Nacional")[(gotoURL:"http://www.el-nacional.com/sucesos/Joven-fallecio-impactado-bala-perdida_0_707329330.html")]. 23 de septiembre de 2015. [[Comienza|Liceo Monagas]]Silvi es mayor de edad y de este domicilio. Este domicilio es Santa Teresa del Tuy, donde se mezcla el calor tropical y los vientos de montaña del Estado Miranda. Silvi estudia en el Liceo Monagas; le habían dicho desde siempre que la educación era necesaria para tener un mejor futuro, aunque dadas las perspectivas del presente, ese mejor futuro no parecía muy diferente. Las clases para Silvi no son malas, aunque a estas alturas, mucho del contenido no parece tener mucha relación con el día a día. Silvi termina las clases en el liceo y de allí va a su trabajo a reparar aires acondicionados. Si hay un mejor futuro, pareciera que está mejor representado por el dinero recibido de volver a poner a funcionar aires. Un futuro un poco más concreto que los polinomios, pareciera, es poder saber qué hacer para que el cleinte vuelva a recibir aire fresco en su cara. Suena el timbre, lo que significa el final de la jornada escolar para Silvi, y el inicio de la jornada de trabajo. [[Ir a trabajar|Aires acondicionados]]Silvi desde hace un par de años trabaja como aprendiz de reparador de aires acondicionados. En un país donde la temperatura nunca es menor a 28 grados y el sol sale y se pone casi a la misma hora todo el año, saber cómo funcionan los aires acondicionados y echarlos a andar provee la comida en la mesa, y a veces, un poco más para la recreación. Silvi está en el taller, pero el trabajo está flojo. David, su padrino y mento, dice que la situación está así. No porque la gente no quiera arreglar los aires acondicionados, sino porque no hay repuestos, o porque obtenerlos cuesta muchísimo, por lo que la gente se abstiene de llevarlos a reparar. [[Continúa|Llegó un aire]]Sin embargo, hoy a llegado un aire acondicionado. Es de esos que se montan en la pared, una sola unidad. Está sobre la mesa, y Silvi aún tiene que aprender mucho sobre cómo funcionan estos aparatos, y cómo poderlos reparar. La unidad está sobre la mesa, y de acuerdo al poco conocimiento que Silvi tiene, podría desmontar la parte delantera para poder revisar qué tiene el aparato adentro. También podría inspeccionar el cable que sale por un lado para ver en qué estado está y descartar algún problema. [[Quitar la parte delantera]] [[Inspeccionar el cable]]Silvi quita la parte delantera del aire, y comienza a revisar el interior. Después de un rato largo revisando, no parece que haya nada malo. Sólo polvo. [[Continúa|Se acabó el tiempo]]Silvi decide inspeccionar el cable. Simplemente el cable estaba malo. Afortunadamente no hay que obtener repuestos, en este caso simplemente hay que reemplazar el cable. [[Continúa|Se acabó el tiempo]]El tiempo se pasó volando tratando de reparar este aire. Silvi ve la hora y ya el reloj indica que es hora de volver a casa. Es aún de día, así que no hay que perder el tiempo. La noche es de aquellos que tienen pistolas y tienen una vida violenta. Para preservar la vida, lo mejor es volver temprano a casa y resguardarse allí. Silvi ya está muy cerca de su casa. El calor y el trabajo del día hacen que sienta sed, y justamente está pasando al lado del abasto que está cerca a su casa. [[Tomarte un refresco]]No es Silvi solamente el que toma el consejo de llegar temprano a casa. Los dueños de los abastos, más bien, toda la población, tiene miedo. No solamente porque alguien quiera hacerte daño, humillarte o matarte. Es, también, porque no hay defensa contra ello, a menos que quisieran descender a su nivel, y armarse también. Eso hasta ahora no ha pasado en Santa Teresa del Tuy. Silvi ha finalmente pagado el refresco, y mientras se lo está tomando, siente detrás de él una gran cantidad de gente corriendo. Antes de que pueda voltear, un grupo de 4 muchachos, quizás menores que él, pasa alrededor de él muy rápidamente. Y antes de que pueda reaccionar, un segundo grupo, también de 4 muchachos, está también corriendo hacia él, persiguiendo al primer grupo. Dos de ellos tienen pistolas, y lo último que ve Silvi es la boca de una pistola, completamente circular. Silvi cierra los ojos. (link:"Continúa")[(set: $visited1 to 0)(set: $visited2 to 0)(goto: "Colores")]El disparo que esperaba Silvi no ha sonado. Es más, el sonido de la marcha rápida también se apagó. Silvi abre los ojos. De la boca de la pistola está saliendo un manto de colores que cubre todo alrededor de Silvi. No hubo bala que salió, ni el sonido del disparo. Todo ha quedado congelado, detrás de Silvi está el primer grupo corriendo defendiéndose del grupo que está adelante de Silvi, el segundo. El refresco está flotando a su lado, con el contenido casi a punto de salirse. Silvi está en un pasillo ahora envuelto de colores, él permanece igual. (link:"Ir al primer grupo")[(set: $visited1 to 1)(goto:"Ir al primer grupo")] (link:"Ir al segundo grupo")[(set: $visited2 to 1)(goto:"Ir al segundo grupo")] (if: $visited1 is 1)[(if: $visited2 is 1)[(link:"Subir al techo")[(goto:"Subir al techo")]]]El primer grupo es una pequeña banda en formación. Su jefe es un muchacho de 19 años, tan solo un año mayor que Silvi. Este grupo comenzó a meterse en el territorio de la otra banda, pero no han podido golpear a la cabeza del mismo. En esta ocasión el intento salió mal, y ahora les toca correr por sus vidas. Vivirán esta vez. [[Volver|Colores]] El segundo grupo, los que tenían las pistolas desenfundadas, se llaman los Pata Seca, en honor a un viejo caído. Su jefe es uno de los que carga una pistola, tiene 25 años, lo que lo hace anciano entre ambos grupos. Siendo experimentado, ha sabido imponer su autoridad y la de su grupo en este sector de la ciudad. Vivirá uno o dos años más. El resto vivirán un poco más. [[Volver|Colores]]Silvi se sube al uno de los techos de la casa, donde ve a su mamá y a su padrastro, estaban decidiendo qué hacer. Muy pronto escucharían el desorden afuera, pero temerían abrir las ventanas o las puertas, porque ver es peligroso. Silvi les entendía. Por ahora, no había mucho más que hacer. En ese momento, Silvi vió que varias columnas comenzaron a salir en distintas partes del pueblo, como árboles gigantes. Las nubes se movían muchísimo más rápidamente que antes. Y la luz del sol brillaba aún más. Las montañas mirandinas estaban completamente llenas de vida, como si señalaran que estos tiempos van a pasar y que el desprecio de los hombres es pasajero, y que hay muchísimo futuro adelante. Solo que Silvi no formará parte de ello. [[Fin]]A El Universal y El Nacional, que no se molestaron en revisar cuál era el nombre correcto de Silvi/Silivin. Al resto por no molestarse siquiera en mostrar la noticia. [[Volver al inicio|La línea]]